Un día...

Hay días en los que simplemente, uno se levanta con el pie equivocado. Las cosas van... no se. Simplemente van. Alguna sonrisa, miradas fugaces. Y poco a poco, la sonrisa se desbanece. Ya no quedan miradas y solo te sientes frustrada. Esperas que pase algo que no pasa, y tus labios se curvan hacia abajo en señal de que nada a salido como esperabas. Pero, ¿qué esperabas? Sinceramente no lo se. Conjeturo en mi cabeza mientras no me quito la imagen de su mente. ¿Y por qué pasara eso? Tampoco lo se. Mi salvacion aparece asi que se lo cuento todo, pero no me conoce, no sabe nada. NADA. Siempre es igual, un constante no lo sabía que me atormenta. Exploto. Ante la pantalla del ordenador intento olviarlo todo y me sorprendo a mi misma cuando pienso horas despues en que lo conseguí. Acabo agotada tirada en el sofa, mientras discuto con mi padre hasta que me voy dando un portazo y me encierro en mi habitacion, entonces abro una nueba nota y escucho el constante tecleo de mis dedos sobre el teclado. Conjeturo y se tu respuesta. Se que me lo echarias en cara. Al final sois iguales, todos los sois. Me decepciono y decido huir. Decido cerrar los ojos, aun sabiendo lo idiota que es eso. Pues cuando cierre los ojos el telón caerá. Y volveré a ver sus ojos, su sonrisa, aun más nítida que ahora que la ignoro, aunque pugna por salir del limbo del subconsciente. Pensaré en otra, soñaré con miles de historias diferentes pero se que mientras duermo despierta con los ojos cerrados, lo que oiré  será su risa y lo que vea serán sus ojos. Se tergiversarán con pensamientos inventados de lugares lejanos, lugares donde la mente no existe y el corazón se pierde con la marea. Mas veo que mis palabras ya no son tal, sino delirios de una loca. Supongo que ese es el resultado que todos vosotros causáis en mi. Seréis mi perdición, si es que no lo habeis sido ya.

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