A.2.

Es curioso, pero e vuelto a sentir, y desearía no haberlo hecho nunca. Solo le toqué, por algún extraño casual le encontré, y cuando ya alargaba mis brazos de espesa niebla en pos de su cuello, roce su mejilla y me debute mientras mi cuerpo se estremecía. Empecé a recorrerlo con las manos, rozando suavemente su mejilla, vagando por su espalda, entrelazando nuestros dedos. Fue entonces cuando lo sentí. Recordé lo que era amar. Él cerró los ojos, y se estremeció conmigo, mientras una nueva lágrima resbalaba.  Me acerqué más a él hasta rodearle por completo. Al final acabamos los dos acurrucados. Sé que él no entendía que pasaba, supongo que ahora pensará que todo era un sueño. Da igual, porque lo que importa es que no pude matarle.
">Ahora divago en un mar de niebla, ya no habrá descanso para mí. Ni si quiera me importa… No si así el puede volver a ser feliz; aunque sea por él, por quien morí.

1 comentario: