Confesiones a ciegas.

Y si simplemente no se que decir, porqué no me callo, pues porque no se que decir. Y entonces hablo, sin decir nada en concreto, sin pensar en lo que pienso. Y sin querer hablo de ti, divago sin pensar, solamente hablo, hablo de soñar. Y al callar descubro que estas detrás e mi, pero ya está todo dicho, todo, y ya no hay nada que pueda solucionarlo. Solo puedo aguardar. Pero tus labios no se mueven y tus ojos me miran inexpresivos como cristales, cada segundo de tú mirada duele como un puñal en el pecho. Tus manos no se acercan a mí, ni tus pies acortan la distancia. Pero no es necesario que hables, lo entiendo todo. Simplemente no me amas. Pero eso da igual, pues siempre quedará tu mirada en la mía, el ligero rumor de tu risa en la brisa. Simplemente no me amas, y ahora me toca dejar de amarte. Solo lamento una cosa, y es que mientras lo conté todo, no me miraste a los ojos. Porque quizá, solo quizá, si hubieras visto el brillo en mi mirada... si hubieras acortado la distancia.

1 comentario: