Una vez más...

Y una vez más     
Vuelvo a despertar.
Y querría ver tu rostro
Antes de contemplar
El sol desde mi altar.
¿Pero qué puedo decir?
Mi prisión,
Mi cuerpo mortal.
Mi celda,
Una vida normal.
La condena,
Mi vida sin ti.
El delito…
Amar al hombre equivocado,
Besar la mano inadecuada,
Rozar los labios prohibidos,
Susurrar a oídos escondidos.

Y hoy, tras años pérdida,
Escondida la mujer,
Tras esta mascara que corona mi cabeza,
Despierto de nuevo,
Para contemplar que nada fue un sueño.
Que sigues lejos del lecho.
Contemplando quizá las mismas estrellas,
Que contemplo yo desde mi balcón.
Las mismas estrellas
Que nos vieron descender a escondidas,
Que nos vieron correr hacia las olas,
Que nos vieron naufragar en el mar de la pasión,
Que custodiaron muestro sueño,
Después de una noche de amor.
Quizá lejos de mí,
Pienses en quien fui.

Dejo al destino incierto,
Que guie tus pasos, allá por donde camines.
Aquella noche que te vi marchar,
Quizá condene mi vida,
Una vida muerta sin ti.
Pero cada noche cuando no podía dormir,
Cuando el lecho frio,
Me devolvía la soledad
Que encerraba mi corazón,
Si en algo pensaba,
Pensaba en ti.

Y ahora, de nuevo de noche,
Espero en el balcón verte surgir,
Quizá por el campo,
Quizá por el mar,
Solo pienso en que si esta noche no vuelves,
Mi vida ya acabará.
Pasan las horas,
Daga en mano,
Y cuando puntea el sol por el rosa horizonte,
Cuando un día más sin ti se siente venir,
La daga de rubí desafía mi pecho a correr,
Que no teme ya a la muerte,
Pues no se puede matar a la misma muerte.
Y cuando el primer rayo, baña mi rostro,
El preciado metal de una última advertencia,
Y el pecho mira en derredor,
Pero la única luz que le daría la motivación de luchar,
No aparece cuan salvador.
Y dejar que en él penetre el frio acero.
Con una lágrima por no verte una vez más,
Mi cuerpo inerte cae al duelo de nuestro balcón.

Mientras que las cortinas ondean,
La brisa susurra mi muerte final,
Y un pergamino,
Posado entre las sabanas desordenadas,
Muestra el último deseo de su soberana sometida:
"Solo el amor vence la muerte,
  No me olvides,
  Perdóname.
  Si solo encuentras desasosiego,
  Refúgiate en las estrellas,
  Espero ser una yo.
  Mientras vivas recuerda que te regalé mi libertad,
  Aprovéchala, vive cada segundo por los dos.
  Y cuando nos reunamos,
  Cuéntame tus aventuras,
  Junto con nuestras guardianas,
  Y cuando sonriamos,
  Cuando nos empapemos con nuestra presencia,
  Entonces bésame,
  Solo entonces podré cerrar los ojos sin miedo a despertar,
  Y encontrarme de nuevo en el lecho vacío,
  Lejos del  latir de tu corazón,
  Lejos del brillo de tus ojos,
  Lejos de la esperanza,
  Simplemente, despertarme lejos de tus brazos..
  Y entonces. Vuélveme a besar,
  y por la vida que hemos perdido,
  No me sueltes jamás."

Y con el último susurro del viento,
Una lágrima cayó,
Y un gritó reverberó en palacio,
Sabiéndose así la defunción.

3 comentarios:

  1. Esta es una de las k mas me gusta de todoos ;)

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  2. Me encanta... lo he leido tantas veces que creo que me lo se de memoria y pese a todo, cada vez que lo leo siento como las palabras me vuelven a hacer sentir, a dar miedo, a vivir...

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